miércoles, 23 de abril de 2014

La cocina no son sólo recetas.

Cuando en la vida te ves en la situación de tomar decisiones importantes en tu cabeza se amontonan obligaciones y responsabilidades una encima de otra, creando una muralla descomunal.
¿de qué nos separa esta muralla?
Yo os lo diré: de la pasión.
 
En mi vida siempre he sabido enfrentarme a mis obligaciones. Competía en estudios y era la hija con mejor expediente. Si un conocido tocaba el violín yo me metía al conservatorio profesional a tocar el violoncelo. Si me presentaba a un concurso literario, era siempre para ganar, y luchaba lo que hiciera falta, y me estrujaba la cabeza hasta que salían dos versos seguidos.
Mis padres creyeron que sería médico, arquitecta, ingeniera, abogada... carreras de prestigio.
Yo buscaba la más reconocida, la mas dificil para volver a superarme a mi misma.
Pero, ¿Qué quería yo realmente?
 
Un día saque del horno magdalenas azules. Y descubrí que eso era lo que quería.
Decepcione a todos los que esperaban de mi "No sé Cova... otra cosa distinta"
 
Por primera vez en mi vida me sentía satisfecha. No necesitaba superarme porque para mi no se puede superar la felicidad que te invade el cuerpo cuando descubres que dos sabores combinan a la perfección.
 
Traspasé el muro. Encontré mi pasión. Me pregunté: ¿Qué hago yo dejándome la piel en cosas que no me interesan? ¿Qué hago perdiendo el tiempo en cosas que solo me hacen superarme enfermizamente sin llegar a ninguna parte?
 
Una persona me dijo: "En el futuro solo importa tener un trabajo bien pagado para poder sobrevivir".
Otra persona me dijo: "Un trabajo, debe ser un hobby bien pagado"
 
El día que supe enlazarlo, me convertí en quien soy.

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